Infortunadamente el Feng Shui se ha asociado con un estilo Zen, minimalista o de decoración de marcado acento oriental.
Seguramente esto se debe a una confusión o mala interpretación de esta ciencia, permeada obviamente por su lugar de origen.
Sin embargo realmente realmente lo que brinda el Feng Shui es un marco conceptual arquitectónico, lo que brinda es herramientas atemporales para ser utilizadas a la hora de diseñar y crear cualquier tipo de proyecto urbanístico, arquitectónico o de diseño interior.
No marca tendencias estilísticas sino que quien diseña le imprime su sello enmarcado dentro de las sugerencias funcionales y técnicas marcadas por el Feng Shui.
Siendo así tanto el diseñador como el usuario final puede manifestar en su exterior su universo interior, su personalidad y estilo. Se invita entonces a que con la arquitectura reafirme su identidad y no haga tanto caso de los comentarios, es “su” espacio.
A nivel interior, no descarte los objetos heredados, que cada vez se hacen más interesantes como referentes históricos y familiares y sugiera o póngalos al lado de objetos nuevos, igualmente bellos representantes de la época que se vive, de la historia que construye y de el gusto del cliente y/o del diseñador.
Recuerde que en muchos casos se utiliza la decoración como una búsqueda de aceptación social o profesional, pero recuerde que es usted y su cliente quienes deben estar cómodos desde lo físico y lo emocional en el espacio.
No hay nada más hermoso que llegar a un sitio y ver reflejada la esencia de quienes intervinieron en el proceso, donde se vea reflejada su historia y su sensibilidad.
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