Una consulta de Feng Shui invita a re acomodar el ambiente de sus espacios para equilibrar y sanar de acuerdo con una directriz que ha marcado la asesoría que se le ha brindado.
En un marco muy positivo, saca a flote las condiciones más favorables de un lugar y minimiza las situaciones desfavorables.
Los efectos pueden ser inmediatos y sorprendentes, otros se toman más tiempo pues dependen de un proceso antes de proporcionar resultados.
Si la asesoría se presenta sobre un proyecto de diseño, los efectos “curiosamente” también se sensibilizan desde la mesa de dibujo.
Proyectos que desde un inicio presentan problemas para ajustarse o tienen inconvenientes en el proceso de aprobación (interna o externa) van superando sus tropiezos. Incluso circunstancias aparentemente ajenas al proyecto empiezan a disolverse, aparecen las personas idóneas que resuelven o sencillamente ya no son necesarias piezas del engranaje que van saliendo sin mayor incidencia.
En el equipo habrá más entusiasmo, y las personas involucradas serán receptivas y asertivas. Habrá menos discusiones y las conciliaciones resultarán sin tanto esfuerzo y desgaste.
Con esto quiero indicar que se sensibiliza también un cambio de actitud propio y nos sorprenderá la actitud de los otros que nos rodean.
En todo caso, ya sea movilizando un espacio ya construido o desde planos, el movimiento de la energía, cuando el Feng Shui es activado, se siente de manera evidente.
Siempre en ambos casos advierto que recibir la asesoría de Feng Shui y más aún cuando se implementan los cambios, trae lo que se llama el "choque terapéutico", es decir, una especie de bajonazo inicial, que puede golpear un poco. Todo obedece a que en la desarmonía también puede haber equilibrio y lo que hacemos es desmontarlo para generar un balance mucho más armonioso.
Esta ruptura y desacomodo puede afectar de diferentes maneras. Nos podemos sentir más cansados y lentos que de costumbre o por el contrario más activos o intolerantes. El efecto puede incluso sentirse en los objetos y los aparatos eléctricos.
Por lo tanto se recomienda tomarse las cosas con calma.
Confíe en que esta incomodidad o desorientación inicial es pasajera, la energía se está moviendo y requiere reajustarse, tal vez eliminar ciertos patrones antes de depurarse y nivelarse.
La recomendación es que, si es su espacio físico, haga los cambios a la luz del día y recuerde que la norma básica del Feng Shui es TODO EN USO, TODO EN FUNCIONAMIENTO Y TODO EN ORDEN.
Aplique esto tanto al espacio donde se esté trabajando y laboralmente a los procesos internos de gestión y papelería, aprobaciones, diseño, planeación y finalmente construcción.
Muy rápidamente sentirá que las cosas empezarán a cambiar, la luz del espacio será “diferente”, tal vez lo verá más grande y luminoso.
Espere cambios sutiles o muy evidentes y tangibles, habrá llamadas inesperadas, negocios que por fin se concretan, ofertas e invitaciones.
Quizá se sienta más animado y feliz, dormirá mejor, habrá menos discusiones y las cosas resultarán sin tanto esfuerzo y desgaste. Habrá un cambio de actitud propio y nos sorprenderá la actitud de los otros que nos rodean.
Los efectos se sienten incluso en personas escépticas o en quienes desconocen que se ha hecho el trabajo en el lugar, ya que el Feng Shui no es una forma de misticismo o magia, sino que trabaja directamente con el CHI o energía del espacio, independientemente de si creen o no en las energías y sepan o no que se están modificando.
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