El tarot es uno de los muchos oráculos del mundo y de la historia.
El deseo de conocer el futuro es tan antiguo como la raza humana. Ancestralmente los pueblos antiguos consideraban que consultar un oráculo era comunicarse con los mismos dioses.
Buscaban respuestas para develar su fortuna sobre el campo de batalla o la posibilidad de lluvias para salvar las cosechas.
Aunque las preguntas que los humanos hemos hecho a los oráculos han cambiado a lo largo de los siglos, la motivación sigue siendo la misma: reducir la indecisión y el miedo o la ansiedad que un hecho o situación nos provoca.
Infortunadamente en el medio, el tarot se considera un medio de adivinación y ventura, muchas veces permeado por lo negativo, asociado a "trabajos" oscuros y del bajo mundo.
Sin embargo su manejo bajo mi mano es "sencillamente" un sistema de comunicación con nuestros guías, que como seres amorosos ubicados en un plano objetivo, están prestos a impartir sus